Es una hermosa tarde de verano en las calles se ven a los
niños jugar, los autos que pasan, las personas que transitan se saludan, pero
yo… yo no estaba así, no sentía el calor del verano, no escuchaba las risas,
los saludos, no escuchaba nada o al menos eso pretendía.
Es otra tarde, otra tarde sin ti, sin tu rostro, sin tu
mirada, sin tus palabras.
Por las noches me pregunto que pasara conmigo porque te
extraño tanto de esta manera, veo a la luna, esa enorme, extraña pero
hechizante luna y la verdad es que siempre le pregunto por ti pero nunca me
responde, parece que no escuchara… así que cierro los ojos y noto la suave
brisa que acompaña a la noche e imagino que me abrazas, me estrechas a tu
cuerpo y me proporcionas un abrazo intenso que parece te aferras a mí como si
algo malo se aproximara y tu solo quieres que estemos a salvo.
Es tanta mi imaginación pero a decir verdad es lo que más
deseo, tu ausencia, esa maldita soledad que me quedo cuando te fuiste, te busco
en todas partes pero en ninguna te encuentro y en este parque tengo la certeza
de que no lo estas, pero no importa seguiré
esperando, se que en cualquier momento nos encontraremos… de pronto la lluvia
se hace presente, veo fijamente a ambos lados y noto como las personas se
alejan para ponerse a salvo, veo a mi lado derecho y ya no hay nadie, bajo la
vista mi cabello rojizo y lacio comienza a perder brillo y mi mirada… estoy
segura que muestra toda la tristeza que siento, pero quiero sentir la lluvia,
aun no me perdono las miles de palabras que nunca te dije, como es que te he
llegado a querer tanto, amar duele y la verdad duele demasiado, la verdad que
tanto daño me hace es que aun te amo, es el mi terrible verdad.